Ruptura, contestación y vitalismo (1974-1999) recorre la trayectoria de Ajoblanco, rescatando para ello materiales inéditos o de difícil acceso, reportajes, documentos y líneas de trabajo significativas, junto a testimonios y escritos de una parte importante de sus protagonistas.
El objetivo que impulsa esta exposición es doble: por una parte, revisitar Ajoblanco desde el presente, con el fin de explorar sus principales aportaciones y situarlas históricamente; por otra, profundizar en esa inquietud disidente, lúdica y libertaria de vivir apasionadamente la cultura, las ideas y los cambios colectivos y personales.
Madrid (28 mayo-21 septiembre 2014)
Buenos Aires (11 junio-31 julio 2015)
Santiago de Chile (10 diciembre 2015-28 febrero 2016)
Comisario: Valentín Roma
Dirección de proyecto: Pepe Ribas
Coordinación: Alicia Navarro (Conde Duque)
Diseño montaje: Roure / de León Arquitectos SIP
Diseño gráfico: spread: David Lorente / Tomoko Sakamoto
Audiovisuales: David Fernández de Castro
En Madrid y dentro de las actividades de la exposición Ruptura, contestación y vitalismo (1974-1999) se celebraron las Primeras Jornadas Ajoblanquistas para el debate: Ajoblanco busca abrir debates innovadores con la pretensión de aportar estímulos, armas, coraje e ilusiones que ayuden a revitalizar una sociedad muy castigada.
Los debates fueron los siguientes:
Buenos Aires
Santiago de Chile
A propósito de la exposición en Madrid y de las primeras jornadas ajoblanquistas Rafael Sánchez-Mateo Paniagua escribió: La moda pasa, el estilo permanece.
Cuando introducidos por nuestro amigo Germán Labrador, Pepe Ribas nos escribió a María y a mí para inventar algo a propósito de las Jornadas Ajoblanquistas de Conde Duque el año 2015 fue una alegría. De otro modo a como le pasaba a María –generacionalmente vinculada a la España post-socialista y neoliberal ya perdida en las redes del aparato europeo– algo de mi niñez y juventud se fraguó en virtud de un enlace romantizado con la Transición y su melancólico progresismo cultural: niño fotografiado en 1982 en chándal sosteniendo el cartel de Felipe, Por el cambio. Los monitores de mis campamentos de niño fueron jipis que habían leído el Ajo primera época y bailaban en las fiestas de las radios libres. En 1992 yo era un adolescente, hijo de obreros manchegos emigrados, que bajaba a la casa de la juventud de una ‘ciudad dormitorio’ próxima a Madrid a leer el Ajoblanco, segunda época. Y por supuesto, me formaba con esos jipis, que habían prosperado y alcanzado algunos puestos en la gestión municipal, para ser yo mismo monitor. Recuerdo con intensidad un número especial que recogía todos los proyectos, librerías, asociaciones y rollos independientes y alternativos de la península. Lo tenía subrayado por regiones y áreas temáticas pensando en que sería un planazo poder viajeografiar esa España, para mí, inédita. Más tarde, mi mejor amigo del instituto nocturno al que fui después era un superviviente de los vértices más dolorosos de esa juventud de los setenta y por su relato conocí una parte menos mítica de esos años. Cuando a comienzos de los dosmiles me mudé a Lavapiés, compré alguno de los números de la tercera época, en la librería Periferia que regentaba Jesús en la Calle Ave María, aunque me parecía ya no tenía tanto tirón la cosa del Ajo antiglobi. Algunos años después, en el hermoso estudio de verano en Sitges de mi pareja, me reencontré con nuevos Ajos no leídos de la segunda época, y en la tienda de libros y antigüedades de Elisabets me hice con algunos primeros ajos, entre ellos el Especial Constitución de 1978, o el especial marginación. Uno de esos veranos sitgetanos lo pasé con las memorias recién editadas de Pepe Ribas, Los setenta a destajo. Uno de los relatos generacionales más emocionantes que he leído. De algún modo, pues, aunque fuera en su estela noventera y sin haber vivido los setenta ya que nací a finales la década, algo del Ajo impregnó mi educación sentimental.
María y yo nos tomamos la invitación de Pepe con bastante libertad y antes que hablar en una mesa redonda en nombre de no sé qué otra juventud de hoy enrollada en nuevas grietas del sistema, preferimos montar un sarao conversacional y abrir de nuevo una especie de Cloaca por carta, abierta a las reflexiones y relatos de cualquiera, en el marco de unas preguntas compartidas en relación a la época en que surgió el Ajo y la nuestra: nuestra época pre15M, 15M y post15M.
(Para seguir leyendo descarga el archivo pdf adjunto)
Fuimos pioneros en la contracultura, la ecología, el decrecimiento, la reivindicación del arte en la calle y la recuperación de las fiestas populares sin corsés.
Ver épocaRuptura, contestación y vitalismo (1974-1999) recorre la trayectoria de Ajoblanco, rescatando para ello materiales inéditos o de difícil acceso, reportajes, documentos y líneas de trabajo significativas, junto a testimonios y escritos de una parte importante de sus protagonistas.
Ver épocaSi en el primer Ajoblanco fuimos agitadores, en el segundo nos profesionalizamos para generar una buena revista cultural en el ámbito hispano. Destacamos la relación humana y cultural con Latinoamérica. Recorrimos África, Europa del Este y Japón.
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