En noviembre de 1978, en el número 39 de la revista Ajoblanco, publicamos el Dossier Constitución. Leerlo hoy da la medida de los fallos de la carta magna que el sector crítico independiente y libertario dilucidó ya entonces. De aquellos polvos vienen estos lodos.
Con el periodista madrileño José Manuel Costa estábamos estudiando la posibilidad de abrir una redacción en Madrid y transformar Ajoblanco en una revista semanal de cultura crítica y de agitación democrática. Este dossier fue una apuesta. La viveza que caracterizó el periodismo de los años 1976 y 1977 empezó a menguar en 1978. Los pactos de la Moncloa y la presión contra la libertada de prensa ejercida por los partidos políticos con representación parlamentaria, redujo la visión crítica y veraz de los viejos y nuevos medios de comunicación. Quisimos actuar pero no fuimos capaces de montar un lobby mediático. Se inició el periodo del desencanto. Una etapa que hoy se tergiversa y se oculta.
Aquel Dossier Constitución que ahora cierra la exposición del Museo C.A. Reina Sofía: Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición, fue confeccionado por: José Manuel Costa, un extraordinario periodista fallecido recientemente, Soledad Gallego Díaz, actual directora del diario El País, José Luis Martínez, J.A. Manzano y Pepe Ribas.
Por fin una exposición del underground y de la contracultura de los años 70 en Catalunya. Fueron unos años de creatividad desbordante, sin cánones impuestos, vividos al margen de prebendas, partidos e instituciones. Las incoherencias del régimen franquista en su decadencia, la persecución centrada en los partidos políticos marxistas e independentistas, y la distancia geográfica que nos alejaba del centro neurálgico del poder, posibilitaron unas grietas por las que se coló una parte de la juventud inquieta y conectada con las corrientes contraculturales que llegaban de fuera.
Jaime Rosal era un tipo raro. Traducía a los franceses de la Ilustración (una gauche divine más bien olvidada), decía lo que pensaba y fumaba en pipa con delectación.
El Palau Robert prepara una exposición que reivindica la contracultura de los setenta.